Sin importar lo que suceda, el Señor tiene un gran plan para bendecirle y recompensarle en la eternidad. Esto quiere decir que todo lo que usted experimenta, incluso las cosas “malas”, resultará para su bien, si confía en Él como su Señor soberano.
Por lo tanto, deje de imaginarse lo peor, y en lugar de eso, alabe y exalte a su Salvador por darle siempre lo mejor de Él.