Pedro trabajó toda la noche y no logró pescar nada. Cuando Jesús le indicó que volvieran al mar, él se mostró dudoso, pues estaba cansado y desanimado, pero al final obedeció y eso cambió su vida para siempre.
Cuando usted hace las cosas a la manera del Señor, obtendrá los resultados que Él ha previsto, y esos son los milagros que no querrá perderse.