Si Dios nos ha provisto de todo lo que necesitamos en esta vida temporal en la tierra, ¿cómo no va a hacerlo en la eternidad?
Lo que debemos tener bien claro en nuestra mente, es que a Dios no le importa tanto aquellas cosas que poseemos, sino las que hacemos, como nuestra conducta, fidelidad, integridad y obediencia a todo lo que Él nos pide, viviendo un buen estilo de vida en Cristo.