Si el Padre ha insistido en que usted debe esperar, el único curso sabio es aguardar con paciencia hasta que Él le muestre cómo proceder. Hacerlo de otra manera puede demorar sus bendiciones, o pero aún, perderlas por completo.
Hoy quiero invitarle a que no actúe bajo el miedo, y ante cualquier circunstancia, espere en Dios, pues Él le mostrará que hacer y bendecirá su obediente paciencia.