Toda forma de seguridad terrenal le puede desilusionar, pero eso nunca pasará con la Palabra de Dios, pues ella está respaldada por el asombroso poder del Señor, quien cumple sus promesas por completo. Así que fije sus ojos en el Salvador y mantenga su corazón anclado en las escrituras.
Su Palabra nunca falla, ni tampoco usted fracasará cuando confía en Él.