Mientras que no reconozcamos que nuestras acciones son erradas, no veremos ninguna necesidad real de confesárselas a Dios. Pero recuerde que Cristo promete que cuando Él lo hace libre, usted es libre de verdad. Esto significa que cuando le pertenece a Cristo, usted puede ser totalmente libre de aquello que le esclavizaba.
Por consiguiente, arrepiéntase por completo para que disfrute de una vida abundante.