Cuando mantiene una relación personal e íntima con Dios, usted siempre tendrá esperanza. Sin embargo, cuando acude a sus propios recursos, se vuelve más vulnerable a la desesperanza y cuando no se cumple con las expectativas, la situación empeora. Felizmente, Dios nunca falla y Él sí puede manejar con facilidad cualquier problema que surja.
Así que mantenga su enfoque en Él, pues le ayudará hoy y todos los días.