Los perdedores construyen sus vidas alrededor de los fracasos y debilidades. Los vencedores construyen sus vidas alrededor de sus fortalezas. Tú estás destinado para la grandeza, así que háblala, créela y vívela.
Los vencedores simplemente usan llave maestra, la obediencia. Recuerda que en Cristo eres más que vencedor.