Cuando te llenas de rabia o decepción por algo que ha sucedido, ¿qué es lo primero que sale de boca?, un freno a tiempo te evitaría un montón de problemas. Por eso, si quiere vivir buenos días, deberás cuidar tus palabras.
Así que refrena tu lengua, deja de hablar mal y pide a Dios que ponga un guarda en la puerta de tus labios.
OREMOS
Señor, pon un guarda en mi boca, para cuidar de cada una de mis palabras. Amén.
FRASE
Las palabras no se las lleva el viento, solamente destruyen o edifican.