Piensa por un momento cuántas veces has intentado soltarte de la mano de Dios. Como aquella vez que quisiste hacer las cosas a tu manera, o la vez en que fuiste desobediente a Él.
Creo que queriendo o no, lo hemos intentado, pero en el versículo de hoy hay una promesa y es que pase lo que pase Él jamás nos soltará y con gran amor nos guiará por siempre.