Retroceder es muy fácil, pero avanzar es de valientes. Es por eso que la Biblia nos enseña que Dios nos ha dado espíritu de amor, poder y dominio propio. Así que el propósito de Él no es que vuelvas atrás, pues no has llegado hasta este punto para devolverte. Recuerda que en el Señor nunca hay retrocesos, aunque hoy quizás parezca lo contrario.
Ánimo y sigue avanzando.