Después de un largo tiempo de estar en el palacio pensando que ya todo había acabado, Dios movió a David a un lugar poco agradable llamado la cueva de Adulam, lugar donde se forjan los valientes.
Quizás hoy te sientas en esa cueva sin esperanza y sin fuerzas, pero es ahí donde verás lo que Dios hará en tu vida y desde ese lugar saldrás transformado para llegar a tu verdadero destino.