Aprende a dar gracias por todo y que de tu boca no salgan palabras de maldición sino de agradecimiento. En medio de todo lo que ha ocurrido en tu vida has visto y seguirás viendo la poderosa mano de Dios sobre ti y tu casa. Cuando tú comienzas a ser agradecido con Él, te darás cuenta de lo bienaventurado que eres.
Y mucho de lo que necesitas llegará a tu vida a su debido tiempo.