Siempre he creído que tu fe antes de mover montañas, tiene que moverte a ti primero. Si Dios pone un sueño en tu corazón, Él te honrará cuando des ese pequeño paso de fe.
Te recuerdo que Dios no es hombre para mentir, así que entrégale las riendas de tu vida y confía en Él, te aseguro que todo obrará para tu bien.