Es bastante frustrante el pedirle algo a Dios y ver que aún no llega. Pero si aún no ha llegado es porque hay ciertas áreas de nuestra vida que necesitan ser moldeadas por Él. Así que ya no llores más ni te desesperes pues la voluntad de Dios no es esa.
Él quiere verte prosperar y que seas feliz, por eso deléitate en el Señor, alábalo, adórale y no te preocupes más, pues tu momento también llegará.