Todos enfrentamos batallas en nuestro diario vivir y podemos enfrentarlas solos, con miedo, con angustias y creyéndonos perdedores, o podemos enfrentarlas con la convicción de que no estamos solos y que Cristo está de nuestro lado.
Así que por más cansado que te encuentres y por más difícil que veas la situación, debes creer que puedes vencerlas y salir adelante, porque en Cristo ya eres más que vencedor.