¿No te has cansado de intentar en tus propias fuerzas salir adelante y fallar en el intento? Has tratado por todos los medios de hacer las cosas a tu manera, sin embargo nada ha sido suficiente. Mientras tanto Dios sigue esperando que reconozcas que realmente necesitas de Él.
Así que hoy levanta tu mirada al cielo y observa que Dios siempre ha estado allí con sus manos extendidas y acepta su ayuda.