Quienes hemos sido alcanzados por la luz de Jesús, fuimos también llamados para resplandecer en el mundo como un faro en medio de la oscuridad.
Por eso hoy quiero invitarle para que lleve esa luz que Cristo puso en ti por medio del amor, el perdón y las buenas obras; no solo en la iglesia, sino en tu casa, trabajo o centro de estudio, haciendo brillar a otros.