Tu debilidad puede ser el punto clave para descubrir fuerzas que nunca supiste que tenías. Las batallas más grandes producen las victorias más grandes, recuerda que ninguna persona controla tu destino, sino solo el Señor, y todo lo que Dios hace en tu vida ayuda a bien si le amas.
Hoy puedes mirar más allá del dolor y encontrar nuevos propósitos en Cristo, solo sigue avanzando.