En cualquier circunstancia podemos acudir a Jesús en oración y allí entregarle todas nuestras cargas y temores. Es entonces que sucederá lo que dice Pablo, que la paz de Dios guardará nuestros corazones y pensamientos en Cristo Jesús.
Aun si hemos tenido “una de esas semanas”, podemos tener Su paz.
OREMOS
Señor, gracias por darme la paz que este mundo no puede darme. Amén.