Es bueno dar gracias a Dios antes de cada comida, pero no deberíamos detenernos ahí. Pablo consideraba cada actividad como algo por lo cual dar gracias y algo que debía hacer para su gloria.
Por eso, la mejor ocasión para dar gracias es cualquier lugar y cualquier momento en que queramos agradecer al Señor y honrarlo.
OREMOS
Señor, gracias por todo lo que haces y sigues haciendo en mi vida. Amén.
FRASE
Mi día siempre comienza y termina con un ¡Gracias, Dios!