Hay días en que podemos sentirnos como Habacuc, preguntándole de manera repetida a Dios ¿Hasta cuándo? Pero como en su caso, el Señor escucha todo aquello que nos agobia.
Es por eso que debemos seguir dejando todo en sus manos, porque Él se ocupa de nosotros, nos oye y a su tiempo responderá