El camino de la vida suele pasar por varios territorios desconocidos. A veces no vamos a ver claramente lo que tenemos por delante, y aunque el plan de Dios no siempre nos resulta evidente, Él nos prometió estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo.
¿Qué seguridad mayor podríamos desear? Pues aun cuando el camino esté oscuro, la luz está con nosotros.
OREMOS
Señor, gracias por estar siempre cerca de mí, incluso cuando no puedo verte. Amén.