Jesús enfrentó la agonía del huerto sin el consuelo de una mano de donde tomarse, pero gracias a que soportó ese dolor sabemos que Dios jamás nos dejará. Jesús sufrió para que nosotros nunca tuviéramos que estar separados del amor de Dios.
Su compañía hace que cualquier cosa que tengamos que sufrir sea más tolerable.
OREMOS
Jesús, gracias por soportar la cruz por nosotros y permitirnos vivir en comunión con el Padre. Amén.