Cuando peque, vuelva a concentrarse en Dios, resuelva el problema y siga adelante. Y es que las lecciones que aprendemos de nuestros fracasos deberían ayudarnos a dominar la misma situación la próxima vez que se presenten.
Así que demostremos la clase de personas que somos por la manera en que respondemos la segunda vez que nos sucede lo mismo.