Muchas veces dependemos de nuestras propias habilidades y fuerza, sobre todo cuando la tarea que tenemos al frente parece fácil. Sin embargo, solo Dios sabe lo que tenemos por delante, así que una consulta con Él aun cuando todo va bien, puede salvarnos de grandes errores o de tomar malas decisiones.
Aprendamos la lección y consultemos sin dudar.
OREMOS
Señor, perdóname por todas las aquellas veces en que he actuado sin buscar tu dirección. Amén.