De alguna manera pensamos que la paz debe llegarnos sin ningún esfuerzo. Pero la Biblia nos enseña que más bien debemos buscar y seguirla.
Una persona que quiere paz no puede andar en altercados, ya que las relaciones pacíficas surgen de nuestros esfuerzos por hacer la paz, así que trabaje duro y con empeño para vivir cada día en paz con los demás.