Siempre habrá un gran vacío en el corazón del hombre que solo podrá ser lleno con el amor de Cristo. Por eso Dios es el mejor modelo a imitar, pues nos ama, nos perdona, es paciente y no desistirá en trabajar en nosotros porque nos ama infinitamente.
El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones, así que decide amar a tu prójimo, a tu hermano, a tu esposo(a), a tus hijos, a tus enemigos, porque esa es la voluntad de Dios.
OREMOS
Padre, gracias por amarme primero y por derramar de tu amor en mi corazón, daré de este amor a otros. Amén.