Sabías que Dios nos prueba en mente y corazón y que no existe nada oculto para Él. Esto puede aterrarnos o consolarnos. Nuestros sentimientos son un libro abierto para Él y debido a que nos conoce no tenemos dónde escondernos. Pero ese mismo conocimiento también nos da un consuelo, pues no tenemos que impresionar a Dios ni disimular la verdad.
En vez de eso, solo debemos confiar en que Él nos ayudará y nos fortalecerá en cada una de nuestras debilidades, para así servirle como Él lo ha planeado.
OREMOS
Padre, tú conoces mi corazón y mis pensamientos no te son ocultos, fortaléceme en mis debilidades. Amén