Hay muchas personas que se centran más en las cosas negativas que en las positivas. Murmuran contra Dios en lugar de alabarle por sus innumerables bendiciones, como el agua que pueden tomar, el sol que los calienta o hasta el hambre que los hace saborear aún más la comida.
Es por eso que no debemos distraernos por tantas decepciones, más bien aprendamos las lecciones de la vida para llegar a ser mejores personas.