Sin duda alguna Jesús es nuestro guía más experimentado y conoce los peligros del camino. Por eso en ocasiones nos hace tomar desvíos por una ruta más larga y si decidimos dejar el camino, Él se verá obligado a usar medios que en muchas ocasiones nos parecen dolorosos o algo innecesarios.
Sin embargo con el tiempo entenderemos que la disciplina del Señor está motivada en un sentido de cuidado y amor profundo por nosotros.