Existen muchas maneras de calcular el tiempo, una de ellas se basa en nuestra relación con Dios. Como creyentes debemos entender que tenemos que rendir cuentas a Él en todo lo que hacemos, reconociendo que las riquezas que valen la pena son las espirituales, valores, pensamientos y actitudes que reflejan el carácter de Jesús en nosotros.
Recuerda que el tiempo no es tan importante, lo importante es hacer que el tiempo cuente, porque el tiempo no se detiene.