Todos de una manera u otra hemos sido tentados por la ambición y esto ocurre cuando permitimos que el orgullo tome un espacio en nuestra vida, en lugar de reconocer que todo lo que tenemos es porque Dios, en su infinita misericordia lo ha permitido. Y ha forjado nuestro carácter para bien, permitiendo pruebas que nos han hecho mejores personas.
No permitas que el orgullo entre a tu corazón y con humildad reconoce que dependes de Dios en todo y para todo.
OREMOS
Señor, no quiero estar lejos de Ti jamás pues mi vida depende completamente de tu gracia y misericordia. Amén.