Dios mismo es la gran fuente de poder y su Palabra dice que el pueblo que conoce a Dios será fuerte, hará proezas y resistirá al enemigo. En términos generales es verdad que el conocimiento equivale al poder, con respecto al conocimiento de Dios esto es especialmente cierto, pues quienes conocen a Dios, no intentan proezas, las realizan.
Nótelo en los mandamientos, siempre son “haz esto o haz aquello.” Si el mandamiento proviene del Señor, el único curso de acción a seguir es obedecer.